La Campaña de Navidad 2024 se centra en la ayuda a los damnificados por la dana y en el Derecho de las familias a la alimentación
Cáritas Diocesana de Astorga ha presentado la Campaña de Navidad 2024 con la presencia del obispo de Astorga y de Cáritas Española, Jesús Fernández, y la directora de la organización, Inmaculada del Peso.
En esta ocasión el dinero que se recaude en esta campaña tiene dos fines. Por un lado, ayudar a que las personas afectadas por la dana en las graves inundaciones de hace un mes en nuestro país puedan reconstruir sus vidas. Y, por otro, garantizar el Derecho a la alimentación de las familias.
En el primer aspecto, el obispo resaltó que hasta el momento Cáritas ha colaborado con 350 voluntarios y 1.000 entidades adheridas a nuestra acción en la zona. Se han habilitado también cuatro líneas telefónicas para solicitar ayuda. Y se han puesto en funcionamiento nueve almacenes.
Todo ello ha supuesto una inversión de 2,5 millones de euros.
Pero la ayuda sigue siendo imprescindible, y para ello las aportaciones que se recojan en esta campaña son esenciales. Destacó Jesús Fernández que “hemos elaborado un plan de emergencia para los próximos tres años, con una inversión inicial de 33 millones de euros, para acompañar a 20.000 personas. El dinero se empleará en la restitución de los medios de vida, la vivienda, la protección y la salud emocional”.
Asimismo, el obispo se hizo eco de los datos del Informe Foessa presentado hace una semana, en el que se refleja que 9,5 millones de personas en nuestro país están en situación de exclusión social, lo que supone el 19% de la población y dos millones de personas más que en 2007, antes de la crisis.
Un 9% de ellos se encuentra en exclusión social severa, es decir, 4,3 millones de personas.
Nuevo modelo en el Derecho de las familias a la alimentación
El segundo destino de lo que se consiga recaudar en esta Campaña navideña será para garantizar el Derecho de las familias a la alimentación.
La directora de Cáritas Diocesana, Inmaculada del Peso, explicó que Cáritas está abordando la transición de un reparto de alimentos en especie, como se venía haciendo tradicionalmente, a uno en dinero, con el que las familias puedan tener acceso a una alimentación más equilibrada que incluya vegetales, frutas, carne, pescado, huevos y otros alimentos frescos que hasta ahora no eran objeto de la entrega en especie porque son productos con un corto periodo de conservación. De este modo también se atienden necesidades de salud, como alergias alimentarias y otros, y cuestiones culturales relacionadas con la alimentación. Y se evita el desperdicio alimentario.
Ya hay en marcha un primer proyecto para atender con este sistema a familias en toda la Cáritas. Por ejemplo, en la UPA de Ponferrada en estos momentos hay 15 familias que reciben tarjetas monedero para que puedan usarlas en diferentes establecimientos de alimentación, que son cargadas previamente desde Cáritas y controladas en su uso y destino por los técnicos de Cáritas, para garantizar un uso correcto de este sistema. Las tarjetas tienen un saldo máximo de 250 euros/mes por familia, pero depende de cada situación familiar el dinero con que se cargan.
“El sistema que se aplicaba hasta ahora hemos comprobado que no garantizaba la dignidad de las personas, por lo que empezamos a hacer un cambio en el camino relacionado con los alimentos, que también facilitará un ejercicio de responsabilidad de las familias, al tener que ser conscientes del dinero de que disponen para poder adquirir alimentos que respondan a una dieta equilibrada”, explicó la directora, Inmaculada del Peso, quien aseguró que se trata de “un cambio de mentalidad”. Por ello también se hace un llamamiento a donantes, socios y colaboradores, puesto que es necesario disponer de recursos económicos para poder afrontar este nuevo modelo, con el objetivo es extender el uso de estas tarjetas para que puedan llegar a más familias.
La directora explicó también que se acaba de aprobar el primer Plan Estratégico de Cáritas Diocesana de Astorga y que en base a este documento de trabajo se van a revisar todos los programas de la organización, entre ellos también el de ropero, en donde también se apostará por nuevos modelos que garanticen la dignidad de las personas.
“Tiempo de reparar sueños rotos”
El obispo remarcó que en Navidad celebramos “la cercanía de Dios a la humanidad, especialmente a quienes carecen de lo esencial”.
Dijo además que es un tiempo “para reparar sueños rotos y estar cerca de quien nos necesita”.
Jesús nos mostró “el camino auténtico y su cercanía”, por lo que pidió que, siguiendo su ejemplo, seamos nosotros también generosos con quien menos tiene, especialmente con quienes carecen de lo necesario para vivir.